A mi rubia que es... como explicarles... mi otra mitad (quedándome corta). Cuando no nos vemos ya sentimos la distancia y tenemos que volver a nuestras siestas, a recordar los tazones de leche atiborrantes de galletas, al llanto, a la contradicción, a los días llenos de voces raras y vídeos rajantes de risa.
Vuelvo a mi China Cota, mi cabra que la quiero con locura aunque ella sea reacia a mi amor aplastante (literal), me encanta ir al cine con ella y saber cuales son los diálogos, en que se equivocan y agarrarnos de la mano para expresar nuestra ansiedad, que nos gusten los mismos libros y que sea como es ella sin más conmigo.
A mi Laly que nunca la distancia fue un impedimento, ni tampoco lo fueron nuestros opuestos perfeccionismo-desorden. Por esas tardes de charlas donde arreglaríamos el mundo (incluido el nuestro), hacemos cuentas e intentamos ver las salidas, por el maquillaje y el pelo liso, por la habitación llena de pañuelos.
A mi lado dulce, recordarle que yo siempre estuve ahí a escondidas y todo siempre estuve ahí, entre skipes, sms, en las líneas de este blog que sólo tu entendías. Por ese dolor que conocemos y que nos unió más.
Otros grandes amigos, mi loca de los gatos, mi señor Lambi (al final me quedaré así por los siglos de los siglos), mi pequeña Mery, Lya y Zai mi trío perfecto, la negrita salidorra. como no a mi Dúo zapatista Freddy Wolf e Ismael Phoenix que llegaron a mi vida de una forma repentina pero que siempre están ahí demostrando en cada cumpleaños y por último nombrar a corazóooonnn Josue y mi rapero Tana. Os quiero. Gracias por estar ahí.