08.

  Pensemos en las cosas que no podemos darle valor. Como a tu fuerza, por haberlo conseguido, por haber caído y haber vuelto a levantar. Venga, dale un valor. Dale valor, a ese amigo por el que, probablemente, darías la vida, la voz o tu sonrisa. Ponle un precio a tu felicidad, siendo esta, el beso por la mañana, los viajes al cielo de sus manos. 

"Dale un precio porque yo no se lo puedo dar."