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Vámonos ya... los muertos nos esperan

domingo, 19 de agosto de 2012

Ya casi ni yo misma me entiendo.

Me cuesta escribir, me cuesta decir con palabras lo que mi corazón calla.

No sé por qué ni por que no, solo sé que no sé nada. Y que esa nada podría ser todo lo que me pasa. He aprendido a vivir con miles de preguntas en mi cabeza, y de ausencias en el alma.

Ser fuerte, respirar hondo y no pensar, sólo dejar sanar, para que, quizás, algún día un abrazo lo cure todo. A veces las palabras sobran en mi cabeza y por eso me resigno a lo que queda y al recuerdo de lo que hubo.

Tal vez hoy no pueda perdonar, tal vez mañana si, o tal vez nunca. Mientras tanto escribo para curar las heridas, para sacar lo que no debería quedar dentro.

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