Me rompes en cada palabra, me matas como veneno y no soy capaz de abandonarte a tu suerte, por que tú sin mí, tampoco eres nadie. Eres como una jodida bala atravesada en mi pecho, que destruye todo lo que hay en su interior, que se come mi vida y aún así, te necesito, casi tanto como al aire.
Como un demonio, veo tu sonrisa y aún más me enamoras, me haces beber vientos por ti, y luego es una sonrisa que muerde, hiere y sigue siendo casi tan perfecta, que antes de hacerme daño. Sé que vienes, me subordinas a tu persona, como si un ángel fueras, y luego te vas dejándome vacía, vacía de amor, de vida. Me sorbes poco a poco, quitándome en miradas, besos de judas, y caricias de espinas, lo poco que queda mí y de mi voluntad.
"No vuelvas, pero vuelve cada noche."
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